Duelo por personas desaparecidas
- coincidir1
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Actualizado: 4 ago
La pérdida por desaparición de un ser querido es considerada “pérdida ilegítima”, cuyo duelo en muchas ocasiones queda desautorizado, es decir que la sociedad minimiza el valor de dicha pérdida con justificaciones como no haber presenciado ritos funerarios con lo que se genera un estigma de la manera en que se puede externar los sentimientos.
La desaparición de familiares y amigos es una experiencia devastadora ya que su principal componente es la incertidumbre, así como la constante re-exposición al medio extremadamente traumático e incluso la presencia en un medio riesgoso para la integridad de los familiares que continúan la búsqueda, con consecuencias múltiples, duraderas, concomitantes y oscilantes para cada miembro de la familia que viven a su vez duelos múltiples (un menor que ha perdido a su hermano desaparecido, pierde las actividades propias de su edad y a su vez ha perdido emocionalmente a sus padres cuyo interés únicamente está en la búsqueda

La forma en que cada familiar vive tras el hecho depende de diversos factores (edad, rol de la persona desaparecida, forma de sustracción (si se presenció con violencia, persecución, arma), causa (migración desaparición forzada, secuestro, catástrofe natural, conflicto armado o político), presencia o ausencia de una red de apoyo constante, etc.
Se presentan consecuencias que se convierten en parte de su vida cotidiana y con posibilidad de reactivarse en la subsecuente:
Psicológicas como el estrés crónico que posiblemente derive en Trastornos mentales como estrés postraumático, ansiedad, depresión, etc. Sentimiento de culpa por no proteger, frustración, inseguridad, impunidad, miedo, soledad, desconfianza, preocupación, vergüenza, aislamiento, enojo, ambivalencia entre esperanza y desesperanza; irritabilidad, hipervigilancia. Pensamientos intrusivos acerca de las condiciones en que puede estar su ser querido (maltratado), expectativas del futuro en familia y la idea entre anhelo de confirmar la muerte y la esperanza de vida, con lo que el sufrimiento se cronifica.
Conductuales: nulo o mínimo autocuidado (imagen, alimentación, alteración del sueño).
Económicas: si era sostén económico, las condiciones de la familia cambia junto con los gastos en trámites administrativos, en supuesto informantes, abandono de empleo para destinar tiempo de búsqueda.
Familiares: falta de apoyo para acompañar en la búsqueda o para hablar al respecto; el descuido hacía los demás familiares como hijos, padres, pareja hasta el punto de decidir un divorcio.
Sociales: crítica por el motivo de la desaparición, ausencia de apoyo político para continuar con la búsqueda, estigma social de continuar con actividades por prejuicios respecto a que ya no importa la persona desaparecida.
Es recomendable acompañar psicoterapéuticamente a todos los miembros de la familia ya que es posible se presenten conflictos con los intercambios de roles que se tuvieron que mover (los hijos mayores se hacen cargo de los menores en lo que ambos padres continúan con la búsqueda).
El objetivo del acompañamiento psicoterapéutico con familiares de personas desaparecidas es ayudarles a encontrar una manera de vivir con esa situación más con la posibilidad de moderación emocional para continuar cuidando de sus relaciones cercanas y de sí mismos, así como abordar la angustia ante la necesidad de saber qué le sucedió a su familiar y ante la necesidad de poder dar fin a la búsqueda para estar en condiciones de ofrecer algún rito para aliviar la incertidumbre.
Existen diversos abordajes psicoterapéuticos de acuerdo con el momento del proceso:
A) Sustracción: diagnosticar alteración psicopatológica para diferenciar pre-existencia y en su caso seguimiento de cada padecimiento
B) Acción de búsqueda: acompañamiento psicológico en la definición del marco jurídico y aplicación de mecanismos de búsqueda.
C) Asimilación: poner atención en el presente con la forma en que gestiona el tiempo de espera en la vida cotidiana consigo mismo y con sus demás seres queridos y resignificar la manera en que puede (aun sin que sea físicamente) darle continuidad al vínculo con su ser querido de acuerdo con el tiempo transcurrido desde el hecho
“Hablar de duelo en la desaparición es: Si acepto me olvido, si lo olvido no lo busco, si no lo busco no lo quiero”