Duelo por muerte
- coincidir1
- 8 ene 2023
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Actualizado: 29 jul
Se identifica al duelo como una experiencia reactiva y multidimensional tras el cese de la relación física con una entidad significativa, cuyo proceso lleva a la adaptación en un nuevo mundo interno y externo.
Es una vivencia de sufrimiento psíquico intenso que a lo largo de su proceso supone adquirir de nuevo la percepción de un mundo confiable, en el cual seguir funcionando, cuidando de los otros afectos y de los nuevos afectos, el dolor permite un recuerdo placentero.

El duelo abarca una gran cantidad de sentimientos, pensamientos, sensaciones y conductas que son esperados para una pérdida (sentimientos de vacío, soledad, tristeza, enfado, culpa, añoranza, bloqueo emocional, irritabilidad, pensamientos intrusivos, tensión corporal, debilidad, opresión al respirar, dificultad para llevar a cabo las actividades diarias, afectando su calidad de vida.
La literatura especializada documenta que derivado del impacto emocional el duelo puede aumentar el riesgo de: padecimientos físicos (riesgo moderado de desequilibrio nutricional con ingesta superior o inferior a las necesidades, así como diarrea y estreñimiento, enfermedad arterioescleróticas, degenerativas del corazón, cardiovascular, trombosis coronaria, infartos de miocardio), mentales (dificultades en atención, concentración especialmente en personas mayores, ideación suicida, trastornos psiquiátricos y de personalidad, en ciclo del sueño, aumento en el riesgo de ingresos hospitalarios por causas psiquiátricas); sociales (conductas de riesgo que impactan actividades escolares, laborales, familiares, comunitarias)
Es menester considerar que, de cada 200 consultas hechas en medicina general de primer nivel, 50 son secundarias a cualquier tipo de pérdida. Al respecto de la prevalencia de duelo complicado cada fallecimiento puede afectar en promedio hasta diez personas, alrededor de 53.03% de los dolientes presentan síntomas de complicación en su proceso de duelo y 79% de las personas que buscan ayuda psicoterapéutica ya lo transitan.
No obstante, es relevante mencionar que la intensidad con que se vive la experiencia depende de diversos factores como:
- Relacionales: grado de cercanía (núcleo primario, secundario, familia extendida, política, amistad); tipo de relación con el fallecido (dependencia, afectivo, violencia); el rol que desempeñaba en la vida del doliente
- Circunstanciales: alrededor de la pérdida (duración de enfermedad, discapacidad o agonía, repentina como en crimen, accidente, suicidio, si se permitieron ritos)
- Sociales: red de apoyo (familiar, social, institucional); contexto del doliente (economía o herencia, religión, empleo, eventos críticos naturales o circunstanciales,
- Factores físico y mental: padecimiento anexo previo o actual (depresión, estrés post traumático, ansiedad; enfermedades crónico-degenerativas, discapacidad)
- De personalidad del doliente: afrontamiento, autoestima, resiliencia
- Históricos: experiencias de otras pérdidas y estilo de resolución, atención psicológica disponible
Existen Teorías y Modelos que ofrecen una importante referencia para comprender la compleja dinámica del proceso de Duelo, mismos que convergen asegurando que el duelo es algo que hacemos más no algo que únicamente sucede con lo que se subraya el rol activo del doliente durante todo el proceso en busca de su propio bienestar.
“La pena que tengo vale la pena por el cariño y agradecimiento a mi ser querido por lo compartido”.